Entrado en el siglo XX era costumbre llevar el reloj enganchado con una cadena y metido en el bolsillo. ¿Cómo paso del bolsillo a la muñeca? ¿A quién se le ocurrió?
Hay quienes dice que fue idea de una enfermera suiza, que llevaba su reloj como collar (cosa habitual en mujeres de la época). Un día descubrió como se había quedado enganchado en la cuna de un bebe, lo que le hizo percatarse de lo peligroso qu podía llegar a ser el llevar un objeto de esas dimensiones colgado en el cuello. Por ello decidió llevárselo a un maestro relojero, que en suiza abundaban, y le pidió que le pusiera algo para atarselo a la muñeca.
Sin embargo, lo que se considera el origen del reloj de pulsera fue, como otros tantos inventos, la guerra. Un capitán alemán se dio cuenta de lo complicado que era ver la hora en mitad de una maniobra militar. Llevar la mano al bolsillo (dejando el arma de lado por supuesto), sacar el reloj y abrirlo con la otra mano. Esta simple acción dejaba al soldado desarmado e indefenso, por lo que buscar una solución era imperante. Además, cada vez se requería de una mayor precisión de los relojes para coordinar la acciones. Por ello se le encargó a Constand Girard en el 1880 un reloj para llevar en la muñeca. Este reloj se ataba con una correa sobre la ropa y destacaba su funda de rejilla. Esta rejilla protegía al delicado vidrio a la vez que permitía ver la hora de un vistazo, sin tener que soltar el arma en ningún momento.
Después de la Primera Guerra Mundial, los hombres llevaron a sus casa sus relojes de pulsera que gustaron entre las mujeres quienes lo tomaron como nuevo complemento. Sin embargo, los hombres continuaron llevando relojes de bolsillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario