Entrado en el siglo XX era costumbre llevar el reloj enganchado con una cadena y metido en el bolsillo. ¿Cómo paso del bolsillo a la muñeca? ¿A quién se le ocurrió?
Hay quienes dice que fue idea de una enfermera suiza, que llevaba su reloj como collar (cosa habitual en mujeres de la época). Un día descubrió como se había quedado enganchado en la cuna de un bebe, lo que le hizo percatarse de lo peligroso qu podía llegar a ser el llevar un objeto de esas dimensiones colgado en el cuello. Por ello decidió llevárselo a un maestro relojero, que en suiza abundaban, y le pidió que le pusiera algo para atarselo a la muñeca.
Después de la Primera Guerra Mundial, los hombres llevaron a sus casa sus relojes de pulsera que gustaron entre las mujeres quienes lo tomaron como nuevo complemento. Sin embargo, los hombres continuaron llevando relojes de bolsillo.
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