domingo, 2 de junio de 2013

Shiro Kuramata, el humor como estilo de vida.

Hola a tod@s!! Hoy os quiero traer un autor japonés conocido por su sentido del humor a la hora de crear piezas únicas. 


Su nombre es Shiro Kuramata, nació y murió en la capital nipona (1934-1991). Es muy conocido por sus diseños de interiores en Tokyo. Sin embargo la faceta que todo el mundo conoce de él era su sentido del humor. A este hombre no le gustaba admitir que los muebles estén anclados al suelo, sean aburridos o siempre con los mismos materiales. A su vez le gustaba fusionar los estilos orientales con aire de occidente. Aquí os dejo alguna de sus obras más características.  



Drawers in an Irregular Form (1970)

¿Por qué las cómodas han de ser rectangulares? Pueden seguir siendo útiles aunque no tengan esa forma. Es conocida la frase de "la forma sigue a la función" sin embargo eso no obliga a anclar a esta pieza de mobiliario a sus formas más tradicionales. Esta pieza es resultado de la suma de lo tradicional japonés con el modernismo occidental. Se trata de una cómoda que posee 18 cajones. Destacan sobre todo sus sinuosas curvas que rompen con los estilos más tradicionales. Estas curvas se sitúan en distintas zonas según el modelo: uno, en la zona de los tiradores, y otro, en los laterales. También posee cuatro ruedas locas para moverlo con facilidad. Crean un gran dinamismo visual al recorrerlo con la vista. (si subís y bajáis la página crean una curiosa ilusión óptica). Junto con esta pieza creó otras dos cómodas. Shiro tenía un especial cariño a los cajones porque le recordaban a su infancia. Él decía: 




Los míos [los cajones] solían estar llenos de juguetes, peonzas y naipes de colores, eran mis tesoros secretos. Me encantaba meter la mano en estos desordenados cajones y revolver



How Hight the Moon (1986)

Bautizado como una composición de Jazz de Duke Ellington, este sofá destaca por su material, malla de acero niquelado, que genera un volumen de formas cúbicas sin contornos ni gravedad. Gracias a sus finas patas, también del mismo material, da la sensación de flotar en el aire. El reflejo de su superficie metálica recuerda a la luz de la luna y se puede ver perfectamente a través del puesto que no tiene soportes en la parte interior. Aquí Kuramata decidió tomar el objeto más tradicional de la cultura occidental, el sofá, un gran desconocido en el Japón tradicional. Así mostró una gran confianza en sí mismo y el Japón de la postguerra con un gran sentimiento nacional y gran originalidad a la hora de la elección de materiales. A su vez, este sofá esta relacionado con una mesita que creó.

Twilight Time está hecha de unas finas patas de malla de acero y una superficie de vidrio. Aunque aparente fragilidad os sorprendería su resistencia a los golpes. 







Finalmente, en su afán por conseguir objetos que simularan una gran fragilidad y ligereza creó la silla Miss Blanche (1989)
En este caso el nombre es tomado de la protagonista en el drama “A Streetcar Named Desire”. Llama la atención el uso de la naturaleza como un ornamento preservado en suspensión. También destaca su apariencia de ligereza aunque pese cerca de 70 Kg. Esta silla requería de un gran trabajo para crearla ya que había que verter el acrílico en estado líquido en el molde y con pinzas se insertaban las rosas en el lugar adecuado. Las pinzas se debían sacar en el momento adecuado justo antes de que el plástico se endureciera. La producción de Miss Blanche es conocida por su dificultad. Kuramata desarrolló cientos de prototipos hasta que consiguió hallar la forma de hacer flotar las pequeñas rosas. Esto fue tremendamente costoso ya que debían ser colocadas una a una en el plástico fundido, con mucho cuidado ya que si se creaban burbujas había que extraerlas con rapidez, antes de que solidificara. Sin embargo con este proceso logró lo que quería: un material totalmente transparente que inspirara una gran ligereza e ingravidez. También es conocido el hecho de que el propio Kuramata llamaba cada 30 minutos a la factoría para decirles que “¡Aseguraos de que floten!” Solo se han producido 56 sillas, la última en el 1998. Fueron 56 en honor a Kuramata, ya que falleció a esa edad en el 1991. En el 2008, una Miss Blanche original alcanzó el precio de 142250 £ en una subasta de diseño contemporáneo en Sotheby’s en Londres, la segunda pieza más cara de toda la subasta.

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