¡¡Hola a tod@s!!
Ya os he traído alguno de los grandes del diseño español. Pero es casi delito no mencionar a la aceitera y la vinagrera de Rafael Marquina, consideradas de los mejores diseños españoles.
Todo empezó cuando Marquina era joven y su madre le solía regañar por manchar los manteles de aceite. Sin embargo, no era su culpa, las aceiteras dejaban caer gotas que escurrían y caían al mantel o acababan en las manos de usuario. Por eso se propuso solucionar este problema.
Con 40 años, en el 1961, consiguió cumplir su objetivo creando la aceitera y vinagrera que le harían ganar el premio Delta d'Or. Claro que no fue fácil cumplir todas las premisas que se propuso, ya que no eran pocas.
Su re-diseño buscaba mejorar un objeto muy ligado con la cultura mediterránea que ha de ser usado por personas de cualquier edad, sexo o nacionalidad. Por ello ha de ser cómoda de sujetar y manejar. A su vez, quería que el producto se pudiera ver ya que consideraba que los colores tanto del aceite como los del vinagre son bellos y no merecen ser escondidos. Además, si se podía ver el interior no haría falta diferenciar la vinagrera de la aceitera ya que se reconocerían a simple vista. Y lógicamente, había que solucionar los problemas del goteo.
Tras muchos bocetos y prototipos logró el diseño que todos conocemos. Un diseño simple y atractivo visualmente, sin dificultad de uso y, sobretodo, limpio ya que lo que gotea cae en el embudo que podemos ver en el cuello. Gracias a su diseño, lo que caiga al embudo retornará al apartado principal del aceite. De esta forma nació la aceitera que todos conocemos: limpia, sencilla, económica y fácil de rellenar. Si tu aceitera gotea, no te preocupes, este producto aún sigue en venta aunque también hay muchas falsificaciones.
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