¡¡Hola a tod@s!!
No me puedo creer que haya pasado casi un mes desde el ultimo post. Lo primero pediros disculpas ya que desaparecí sin avisar pero ha sido un mes muy intenso en el que apenas tenía tiempo para dormir la cantidad de horas recomendadas por cualquier médico.
Sin embargo, el verano ha llegado ya para mí por lo que podré volver a escribir espero a diario con nuevas curiosidades, diseños conocidos pero anónimos y mucho más. Además, estoy llevando a cabo diversos proyectos propios que me están ayudando a encontrar mi propio estilo y darme a conocer a otras personas.
Pero bueno, para empezar os dejo una pequeña curiosidad que me he encontrado en estos días.
Siempre os he hablado del diseño inteligente, aquel que está ahí porque alguna persona (un diseñador, un programador, o cualquiera) tuvo la molestia de fijarse en los pequeños detalles que podía ayudar al día a día de las personas.
Se trata de los cajeros automáticos: cada vez que vamos a sacar dinero tienen un pequeño detalle gracias al cual ayudan a que los usuarios no olviden nada ¿de que se trata? es simple.
Una vez has introducido tu tarjeta y has seleccionado la cantidad de dinero que quieres retirar te obligan a sacar la tarjeta antes de que tan si quiera se abra la trampilla del dinero. ¿Por qué en ese orden? Cuando vamos a sacar dinero la palabra que está en nuestra cabeza es dinero, es lo que necesitamos y lo que buscamos, por lo que no abandonaremos el cajero hasta obtenerlo. La tarjeta no es más que un mero intermediario, por lo que la podemos olvidar fácilmente. Para evitar este terrible olvido obligan a que retiremos la tarjeta antes de poder "oler un euro". De esta forma para conseguir nuestro dinero antes hemos tenido que poner la tarjeta a buen recaudo, asegurando que no nos hemos ido con el dinero y dejando ahí la tarjeta. Solo el orden de devolución del dinero y la tarjeta puede significar un despiste terrible o una mera transición sin riesgo.
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