miércoles, 20 de noviembre de 2013

Pequeños detalles

¡¡Hola a tod@s!!

Al igual que este curso he destinado los viernes al cine, los sábados a proyectos de crowdfunding quisiera dedicar los miércoles a mostraros grandes quebraderos de cabeza y soluciones que surgen en el proceso de diseño. La mayoría de estos casos son parte de objetos cotidianos, que vemos por la calle o usamos cada día de forma totalmente natural. 

El caso que os quiero traer hoy es el de el teclado del ordenador, que se basó en en su día en el de la máquina de escribir. 

La historia de teclado surge en muchos países, donde ingenieros y diseñadores buscaban el que mejor se adaptara a las necesidades, permitiera escribir más rápido y fuera práctico a la hora de la manufacturación. El que usamos hoy en día se basa en el diseñado por Charles Latham Sholes en los años 1870. A este teclado se le suele llamar Qwerty ya que son las letras de la primera fila del teclado. Sin embargo, este diseño no fue ni mucho menos el primero, a su vez parece extraño y las letras parecen estar dispuestas sin ningún orden aparente ¿qué le hizo salir airoso en la batalla?

Los primeros teclados que surgieron seguían unos esquemas básicos comunes. Unos eran circulares con las letras ordenadas alfabéticamente. Otros podían recordar mas a un piano, donde las letras estaban en una sola dirección. Resulta increíble que algunas versiones, incluso las primeras de Sholes, incluso tuvieran teclas blancas y negras. Finalmente, entre estos modelos prevaleció el de forma rectangular y con las letras, aún ordenadas alfabéticamente. 

Con el tiempo y la observación se dieron cuenta que los mecanógrafos, al escribir muy rápido, sufrían "choques" entre sus dedos para alcanzar las diferentes letras. Así por ejemplo, era habitual que los dedos se entrechocaran al usar las letras "e" e "i" por lo que se separaron en el teclado.

Otro gran avance, a parte del diseño también mecánico, fue la aparición de la tecla Shift. Hasta entonces debíamos tener dos teclados: uno para las mayúsculas y otro para las minúsculas. Gracias a esta tecla se pudo ahorrar materiales, espacio, pero sobretodo tiempo. 



Aunque sin duda el modelo Qwerty tiene sus desventajas, aún no se ha encontrado otra solución mejor al problema. Por ejemplo, el teclado Dvorak ha demostrado que es más fácil de aprender y permite escribir un 10% más rápido. Sin embargo, estas cifras no son suficientes como para sustituir el Qwerty, ya que es el que estamos habituados y el que tienen todas las máquinas existentes.

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