Está llegando el invierno... el frío helador, los días oscuros, los cielos grises... Hoy os traigo una silla que te invita a viajar a las islas del Caribe y estar entre los cocoteros... o mejor dicho, sentarse en un coco.
La semana pasada os enseñé el sofá Marshmallow de George Nelson. Este mismo autor también diseñó la silla Coconut (Coco). Puede parecer que sus ideas de diseño son extrañas, pero es que su máxima era que "todo está relaccionado con todo" ¿Por qué no hacer una silla coco? Él mismo comparó su silla con un coco cortado en 8 partes, aunque con los colores invertidos: la carcasa de plástico exterior (aunque inicialmente fue metálica) es blanca y acochado recubierto de piel es negra.
Introducido en el 1955 se ha convertido en otro icono del diseño de Nelson y el diseño de los años 50. Sus formas naturales favorecen a que el usuario se relaje. Su asiento poco profundo y sus curvas incentivan el movimiento y que uno se pueda sentar como quiera, de la forma que él o ella esté más cómodo. A su vez destaca el uso del mínimo material posible.
Esta desenfadada silla desafió los principios del diseño anteriores, dejando de lado el estudio de la ergonomía y añadiendo un poco de humor a la vida. Aunque no esté diseñada a la perfección para que se adapte a nuestro cuerpo resulta una silla muy cómoda y agradable, entrando a formar parte de exposiciones de cientos de museos por su innovador diseño. Sin embargo, todo el mundo queda impresionado de lo pesada que es esta silla, sobretodo cuando aún estaba hecha de metal.
¡Relájate con el calor del hogar pensando en las islas paradisíacas!
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